Beth
El capítulo 13 A lo largo de la novela, Catalina va descubriendo a sí misma pese a todos los obstáculos a los que enfrenta, como ser mujer de un político sádico, haber nacido de una familia pobre, etcétera. Tiene momentos de claridad reluciente pero por la mayor parte ella se adapta a lo que hay y consigue expresarse muchas veces en una manera más sútil que la manera en que se expresan los hombres en su alrededor. Lo triste es que ella depende de la suerte para aprovechar las oportunidades para conocerse y desarollar su personalidad. En el mismo momento en que se da cuenta de que a ella le atrae un hombre o de que le da asco un rasgo de la sociedad en que vive, tiene que dejar el pensamiento y volver a ser sumisa, agradable y sobre todo, a amoldarse al ambiente. Ser sí misma es un lujo concedido a los hombres y a la vez una fuerza esencial de la que ella no se puede librar. En este capítulo, nos encontramos con el hijo de un amigo de Andrés mientras él y Catalina están en DF. El amigo de Andrés era general también, pero su hijo se hace director de la Orquesta Sinfónica Nacional de México. Después de entrar a la ciudad con Andrés (que se va para El Palacio Nacional) por casualidad ella oye el sonido de la Orquesta ensayando. No sabe de dónde viene la música o de quién viene, pero la sigue hasta que encuentra el edificio, al que entra, y se sienta en el auditorio, escuchando. Según la narración está atravesada: "...un hombre ordenó detener la música y empezó a hablar de prisa y con pasión, explicando como enfebrecido, como si le fuera la vida en que el músico al que señalaba con la batuta lo descifrara." El director nota a ella cuando un músico se distrae y se fija en ella. El director, Carlos Vives, se enfada y manda que vaya el fondo del auditorio. Ella le miente y dice que es periodista y mueve. Luego cuando Andrés y Catalina entran en un restorán para cenar, el mismo Carlos Vives viene y se sienta con ellos. Se acuerdan él y Andrés de los años en que trabajaban juntos su padre con Andrés. Catalina se entera de un día que el padre y Andrés lo llevaron al lugar de un ahorcamiento en el campo. Lo dijeron que mirara a los ahorcados con "las caras moradas y las lenguas de fuera" (162). Todo el rato Andrés lo critica por ser músico y lo llama "medio raro" por no hacerse militar como su padre. Vives da un cumplido a Catalina, saluda a Andrés y se va. Está claro que a Catalina le gusta Carlos, por lo cual desconecta.
Jul 19, 2014 3:52 PM
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El capítulo 13

A lo largo de la novela, Catalina se va descubriendo a sí misma pese a todos los obstáculos a los que enfrenta, como ser mujer de un político sádico, haber nacido en una familia pobre, etcétera. Tiene momentos de claridad reluciente pero por la mayor parte de ella se adapta a lo que hay y consigue expresarse muchas veces en una manera más sutil que la manera en que se expresan los hombres en su alrededor. Lo triste es que ella depende de la suerte para aprovechar las oportunidades para darse a conocerse y desarollar su personalidad. En el mismo momento en que se da cuenta de que a ella le atrae un hombre o de que le da asco un rasgo de la sociedad en que vive, tiene que dejar el pensamiento y volver a ser sumisa, agradable y sobre todo, a amoldarse al ambiente. Ser  ella misma es un lujo concedido a los hombres y a la vez una fuerza esencial de la que ella no se puede librar.

En este capítulo, nos encontramos con el hijo de un amigo de Andrés mientras él y Catalina están en DF. El amigo de Andrés era general también, pero su hijo se hace director de la Orquesta Sinfónica Nacional de México. Después de entrar a la ciudad con Andrés (que se va para El Palacio Nacional) por casualidad ella oye el sonido de la Orquesta ensayando. No sabe de dónde viene la música o de quién viene, pero la sigue hasta que encuentra el edificio, al que entra, y se sienta en el auditorio a escuchar , escuchando. Según la narración está atravesada: "...un hombre ordenó detener la música y empezó a hablar de prisa y con pasión, explicando como enfebrecido, como si le fuera la vida en que el músico al que señalaba con la batuta lo entendiera descifrara." El director la ve nota a ella cuando un músico se distrae y se fija en ella. El director, Carlos Vives, se enfada y la manda que se vaya el fondo del auditorio. Ella le miente y le dice que es periodista y se va mueve.

Luego cuando Andrés y Catalina entran en un restauranteorán para cenar, el mismo Carlos Vives viene y se sienta con ellos. Se acuerdan él y Andrés, de los años en que trabajaban juntos su padre con Andrés. Catalina se entera de que un día que el padre y Andrés lo llevaron al lugar de un ahorcamiento en el campo. Le dijeron que mirara a los ahorcados con "las caras moradas y las lenguas de fuera" (162). Todo el rato Andrés lo critica por ser músico y lo llama "medio raro" por no hacerse militar como su padre. Vives da un cumplido a Catalina, saluda a Andrés y se va. Está claro que a Catalina le gusta Carlos, por lo cual se desconecta.

July 22, 2014
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El capítulo 13

A lo largo de la novela, Catalina se va descubriendo a sí misma pese a todos los obstáculos a los que enfrenta, como el ser mujer de un político sádico, haber nacido de en una familia pobre, etcétera. Tiene momentos de claridad reluciente lucidez pero por la mayor parte del tiempo ella se adapta a lo que hay y consigue expresarse muchas veces en de una manera más sútil que la manera en la que se expresan los hombres en a su alrededor. Lo triste es que ella depende de la suerte para aprovechar las oportunidades para poder conocerse y aprovechar así las oportunidades de desarollarse su personalmente. En el mismo momento en que se da cuenta de que a ella le atrae un hombre o de que le da asco repugna algún un rasgo de la sociedad en que vive, tiene que dejar apartarlo de su el pensamiento y volver a ser sumisa, agradable y sobre todo, a amoldarse al ambiente. Ser uno mismo es un lujo concedido solo a los hombres y a la vez una fuerza poder esencial del que ella no se puede librarse.

En este capítulo, nos encontramos con el hijo de un amigo de Andrés mientras él y Catalina están en DF. El amigo de Andrés era general también, pero su hijo se hace director de la Orquesta Sinfónica Nacional de México. Después de entrar a la ciudad con Andrés (que se va para El Palacio Nacional) por casualidad ella oye el sonido de la Orquesta ensayando. No sabe de dónde viene la música o de quién viene, pero la sigue hasta que encuentra el edificio, al que entra, y se sienta en el auditorio, escuchando. Según la narración (está atravesada) ---> no sé a qué te refieres: "...un hombre ordenó detener la música y empezó a hablar de prisa y con pasión, explicando como enfebrecido, como si le fuera la vida en que el músico al que señalaba con la batuta lo descifrara comprendiera." El director, Carlos Vives, nota a ella se percata de su presencia cuando un músico se distrae y se al fijarse en ella. El director, Carlos Vives, se enfada y le manda que se vaya el fondo del auditorio. Ella le miente, y dice que es periodista y mueve se va.

Luego, cuando Andrés y Catalina entran en un restaurán para cenar, el mismo Carlos Vives viene y se sienta con ellos. Se acuerdan él y Andrés de los años en que trabajaban juntos con el su padre con de Andrés. Catalina se entera de que un día que el padre y Andrés y su padre lo llevaron al lugar de un ahorcamiento en el campo. Le dijeron que mirara a los ahorcados con "las caras moradas y las lenguas por de fuera" (162). Todo el rato Andrés lo critica por ser músico y lo llama "medio raro" por no hacerse militar como su padre. Vives dedica un cumplido a Catalina, saluda se despide de a Andrés y se va. Está claro que a Catalina le gusta Carlos, (por lo cual desconecta).---> no está claro quién desconecta


Verdaderamente difícil Bethany, tu español está a un nivel altísimo. Sigue así!

July 22, 2014
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