Leigh
En los Alpes Carlos no fue capaz de recordar el último día cuando hizo frío en Sevilla. El bochorno había llegado más temprano que nunca este año. Acabó de ducharse y ya estaba sudando de nuevo puesto que el calor estaba extremadamente sofocante hoy. “No puedo soportar este calor,” él dijo para sí mismo, mientras se sentó en el sofá e inició su portátil. El calor siempre le influyó muchísimo. No podía centrarse en su trabajo, siempre su puso de mal humor y solo quería escapar de su ciudad. “Me vendrían bien unas semanas de vacaciones,” él pensó, mientras buscaba en varias páginas web. Negó con la cabeza… “Demasiado caro...todavía muy caro…no...no… ¿y esta oferta?” Leyó la página cuidadosamente, incluso la letra pequeña. “Pues, nunca he estado en Suiza,” pensó, chequeando las fechas de sus vacaciones en su agenda electrónica para verificar si de verdad coincidieron con las fechas de viaje. No tenía que pensar más en lo que haría. Ya estaba soñando con las cimas puntiagudas, las vistas espectaculares y, sobre todo, el aire fresco en las montañas que serían cubiertas de nieve. Lo peor de haber reservado unas vacaciones es la espera hasta el día para salir, pero por fin llegó el día y a esta hora él tuvo muchas ganas de viajar. Cogió el avión en Madrid Barajas y unas horas después había aterrizado en Basilea, una ciudad bonito en el noroeste de Suiza, muy cerca de las fronteras alemanas y francesas. Bajó del avión e inmediatamente inhaló el aire fresco. Tomó en cuenta la gran diferencia entre el calor y la humedad de España y el aire más agradable en su sitio actual. Cogió el tren para Berna y después de unas horas cambió para llegar a Leukerbad. El tren subió cada vez más entre las valles estrechas y por los túneles oscuros para llegar a su destinación. Bajó del tren y respiró profundamente. La escena pareció a algo de un libro de cuentos para niños. Las montañas dominó el horizonte y él tenía muchas ganas de explorarlas. Hizo todavía bastante calor en las faldas de las montañas, pero mientras subía sentaba cada vez más el fresco. No obstante, no había pensado en las condiciones a las alturas, menos aún como pueden cambiar de repente y sobre todo sin avisos. No lo vio al principio, el primer copo de nieve, pero después de 5 minutos se encontró en una ventisca muy fuerte. “¿Qué hago ahora?” pensó Carlos desesperadamente, mientras la nevada se apretaba.
Aug 3, 2014 7:06 PM
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En los Alpes

Carlos no era fue capaz de recordar el último día que había hecho cuando hizo frío en Sevilla. El bochorno había llegado más temprano que nunca este año. Acabó de ducharse y ya estaba sudando de nuevo puesto que el calor era estaba extremadamente sofocante hoy.

 

Al menos en España: el calor ES sofocante (verbo ser)

Cuando cuentas una historia, el uso del pret. imperfecto es muy frecuente, estás describiendo y por eso Carlos no ERA capaz de recordar el último día que había hecho frío en Sevilla.


“No puedo soportar este calor,” (él) dijo para sí mismo, mientras se sentó en el sofá e inició su portátil. El calor siempre le influía influyó muchísimo. No podía centrarse en su trabajo, siempre se ponía su puso de mal humor y solo quería escapar de su ciudad.

“Me vendrían bien unas semanas de vacaciones,” él pensó, mientras buscaba en varias páginas web. Negó con la cabeza… “Demasiado caro...todavía (sigue siendo) muy caro…no...no… ¿y esta oferta?”
Leyó la página cuidadosamente, incluso la letra pequeña. “Pues, la verdad, nunca he estado en Suiza,” pensó, chequeando/comprobando las fechas de sus vacaciones en su agenda electrónica para verificar si de verdad coincidían coincidieron con las fechas de viaje.

 

En España usaríamos "comprobar" y como sinónimo verificar (los has usado muy bien)


No tenía que pensar más en lo que haría. Ya estaba soñando con esas las cimas puntiagudas (tan características de Suiza), las vistas espectaculares y, sobre todo, el aire fresco en las montañas que estarían  serían cubiertas de nieve (ahora). Para Carlos, lo peor de haber reservado unas vacaciones era es la espera hasta el día para salir, pero por fin llegó el día y estaba ansioso por viajar/estaba deseoso por viajar/tenía muchísimas ganas de hacer el viaje (...) a esta hora él tuvo muchas ganas de viajar. Cogió el avión en Madrid Barajas y unas horas después había aterrizado (correcto, o 'aterrizó') en Basilea, una ciudad bonita  en el noroeste de Suiza, muy cerca de las fronteras alemanas y francesas.

Bajó del avión e inmediatamente inhaló el aire fresco. Tomó en cuenta Notó / Se percató de la gran diferencia entre el calor y la humedad de España y el aire más agradable en su sitio actual. Cogió el tren para Berna y después de unas horas cambió para llegar a Leukerbad.

El tren subió cada vez más entre los valles estrechos y por los túneles oscuros para llegar a su destinación (destino). Bajó del tren y respiró profundamente. La escena se parecía pareció a la algo de un libro de cuentos para niños.

Las montañas dominaban ó el horizonte y él tenía muchas ganas de explorarlas. Hacía Hizo todavía bastante calor en las faldas de las montañas, pero mientras subía sentía aba cada vez más el fresco. No obstante, no había pensado en las condiciones a las alturas, menos aún como podían pueden cambiar de repente y sobre todo sin avisos.

No lo vio al principio, el primer copo de nieve, pero después de 5 minutos se encontró en una ventisca muy fuerte. “¿Qué hago ahora?” pensó Carlos desesperadamente, mientras la nevada se apretaba.

 

El calor aprieta, se hace más fuerte, se intensifica (la nevada también). No es reflexivo :)

 

Muy bien!!! Pobre Carlos...¿Cuando sabremos si ha sobrevivido? jaja. Carlos ha sido muy imprudente en mi opinión, un sevillano en Suiza debería solo ir a la montaña si tiene experiencia jaja. 


En cuanto a los errores, puedes ver que el único error que se repite es la concordancia de los pasados (imperfecto-pretérito). Comprueba que entiendes cada uno de ellos y si alguno no está claro, dímelo!

 

 

 

August 21, 2014
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En los Alpes

Carlos no fue capaz de recordar el último día cuando hizo frío en Sevilla. El bochorno había llegado más temprano que nunca este año. Acabó de ducharse y ya estaba sudando de nuevo puesto que el calor estaba extremadamente sofocante hoy.

“No puedo soportar este calor,” él se dijo para sí mismo (es más comun y correcto), mientras se sentó en el sofá e inició su portátil. El calor siempre le influyó muchísimo. No podía centrarse en su trabajo, siempre su puso  se ponía de mal humor y solo quería escapar de su ciudad.

“Me vendrían bien unas semanas de vacaciones,” él pensó, mientras buscaba en varias páginas web. Negó con la cabeza… “Demasiado caro...todavía muy caro…no...no… ¿y esta oferta?”
Leyó la página cuidadosamente, incluso la letra pequeña. “Pues, nunca he estado en Suiza,” pensó, chequeando las fechas de sus vacaciones en su agenda electrónica para verificar si de verdad coincidieron con las fechas de viaje.

No tenía que pensar más en lo que haría. Ya estaba soñando con las cimas puntiagudas, las vistas espectaculares y, sobre todo, el aire fresco en las montañas que serían cubiertas de nieve. Lo peor de haber reservado unas vacaciones es la espera hasta el día para salir, pero por fin llegó el día y a esta hora él tuvo muchas ganas de viajar. Cogió el avión en Madrid Barajas y unas horas después había aterrizado en Basilea, una ciudad bonita en el noroeste de Suiza, muy cerca de las fronteras alemanas y francesas.

Bajó del avión e inmediatamente inhaló el aire fresco. Tomó en cuenta la gran diferencia entre el calor y la humedad de España y el aire más agradable en su sitio actual. Cogió el tren para Berna y después de unas horas cambió para llegar a Leukerbad.

El tren subió cada vez más entre las valles estrechas y por los túneles oscuros para llegar a su destinación destino. Bajó del tren y respiró profundamente. La escena pareció a algo de un libro de cuentos para niños.
 
Las montañas dominaban  (montañAS es plural entonces el verbo tambien debe ser plural )el horizonte y él tenía muchas ganas de explorarlas. Hizo todavía bastante calor en las faldas de las montañas, pero mientras subía sentaba cada vez más el fresco. No obstante, no había pensado en las condiciones a las alturas, menos aún como pueden cambiar de repente y sobre todo sin avisos.

No lo vio al principio, el primer copo de nieve, pero después de 5 minutos se encontró en una ventisca muy fuerte. “¿Qué hago ahora?” pensó Carlos desesperadamente, mientras la nevada se apretaba (creo que sería mejor decir : la neveda se intensificaba) .

 

Muy buen escrito

Saludos desde Colombia

 

 

August 4, 2014

En los Alpes

Carlos no fue capaz de recordar el último día que hizo frío en Sevilla. El bochorno había llegado más temprano que nunca este año. Acababa de ducharse y ya estaba sudando de nuevo puesto que el calor estaba extremadamente sofocante ese día.

“No puedo soportar este calor,”  dijo él  para sí mismo, mientras se sentó en el sofá y encendió su portátil. El calor siempre le afectó muchísimo. No podía centrarse en su trabajo, siempre se ponía de mal humor y solo quería escapar de su ciudad.

“Me vendrían bien unas semanas de vacaciones,” pensó él, mientras buscaba en varias páginas web. Negó con la cabeza… “Demasiado caro...todavía muy caro…no...no… ¿y esta oferta?”
Leyó la página cuidadosamente, incluso la letra pequeña. “Pues, nunca he estado en Suiza,” pensó, chequeando las fechas de sus vacaciones en su agenda electrónica para verificar si de verdad coincidían con las fechas de viaje.

No tenía que pensar más en lo que haría. Ya estaba soñando con las cimas puntiagudas, las vistas espectaculares y, sobre todo, el aire fresco en las montañas que estarían cubiertas de nieve. Lo peor de haber reservado unas vacaciones es la espera hasta el día para salir, pero por fin llegó el día y en ese momento él tuvo muchas ganas de viajar. Cogió el avión en Madrid-Barajas y unas horas después ya había aterrizado en Basilea, una ciudad bonita en el noroeste de Suiza, muy cerca de las fronteras alemanas y francesas.

Bajó del avión e inmediatamente inhaló el aire fresco. Se dio cuenta de la gran diferencia entre el calor y la humedad de España y el aire más agradable en su sitio actual. Cogió el tren para Berna y tras unas horas cambió para llegar a Leukerbad.

El tren subió cada vez más entre los valles estrechos y por los túneles oscuros para llegar a su destino. Bajó del tren y respiró profundamente. La escena se parecía algo a un libro de cuentos para niños.

Las montañas dominaban el horizonte y él tenía muchas ganas de explorarlas. Hacía todavía bastante calor en las faldas de las montañas, pero mientras subía sentía cada vez más el fresco. No obstante, no había pensado en las condiciones de la altitud, y menos aún como pueden cambiar de repente y sobre todo sin avisos.

No lo vio al principio el primer copo de nieve, pero pasados(o "tras") 5 minutos se encontró con una ventisca muy fuerte. “¿Qué hago ahora?” pensó Carlos desesperadamente, mientras la nevada se apretaba.

August 3, 2014
Hola Leigh. Te feilicito por tu español. Es genial :) Te recomiendo que dividas tus textos en 2 entradas. A los correctores les cansa corregir las entradas tan largas, aunque haya pocos fallos. O no la correigen para nada o no pueden corregirla con detenimiento. Un cálido saludo
August 4, 2014
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