El capítulo 22, Arráncame la vida.

Este capítulo es dos veces mas el largo que de los demás, así que (ya) resumo la primera mitad.

Catalina sigue llorando la muerte de Carlos Vives, el su amor de la vida. (Hace tiempo desde que no escribo aquí: Andrés, su marido enloquecido, ha ordenado que lo maten probablemente por culpa de su relación con la narradora y su afición a la política de la izquierda.) Trata de distraerse por pasar tanto tiempo como puede con sus hijos, pero se ve que se han acostumbrado a vivir sin su presencia en sus rutinas diarias.

La mujer a de la que ha comprado los higos intenta a consolarla cuando de repente tiene que sentarse en el pasto donde juegan los niños y se pone a soltar las lágrimas(mejor 'se pone a llorar'). Le habla mucho para que ella sepa que alguien la ve y a alguien le importa su sufrimiento.

La narradora dice, <<Yo la oí hablar sin contestarle, a veces asintiendo con la cabeza, soltando las lágrimas cuando habló de Carlos como si lo conociera, mordiendo un higo tras otro mientras acababa de recomendar sus hierbas.>>

Parece que "sus hierbas" van a aparecer más tarde en la trama de la novela, quizás como una veneno contra su marido, pero todavía no sé.

El resto del capítulo trata de lo que le pasa a una amiga suya, la Bibi, cuando decide que va a rechazar a su marido, el General Gómez Soto, por otro hombre. Como el rumbo de Bibi se parece mucho al de Catalina, lo que le va pasando tiene mucho interés. Lo voy a resumir en mi próxima entrada de la esta libreta esta.