dvwolfgang
Es una pena Cuando era niño me daba lástima ver las personas sin hogar por la calle mendigando dinero o comida. Me preguntaba ¿por qué estaban sin techo? ¿Por qué la gente no hacía caso a su mera existencia? Si solo querían algo para comer, ¿por qué nadie los ayudaría? Tal vez era mi inocencia de aquella edad o mejor mi ignorancia sobre estas personas sin hogar. Tengo recuerdo de mi primer viaje con mis padres y mi hermana a Washington, DC. Un recuerdo vivido era el montón de personas sin hogar por toda parte de la ciudad. Muchas. La única cosa que quería hacer cuando las vi fue darles la calderilla en mi bolsillo, pero por alguna razón no lo hice. Después de este viaje regresé a la escuela, y conté mi experiencia en nuestra capital a mi maestra. Era en aquél momento que cambié de opinión de los indigentes. En aquel entonces no comprendí exactamente lo que mi maestra me decía. Me dijo que la gente por la calle no quería dinero para comprar comida sino drogas, cigarillos, y alcohol. Hasta entonces sabía que aquello no tenía que ver con todas, pero entendí la razón por la que ella nunca les daba limosna. Ahora cuando camino por las calles y veo a los mendigos, no tengo la misma actitud hacia ellos que tuve de niño. Anteriormente habría querido darles limosna, ahora no. A pesar de ello, lo que no ha cambiado es la lástima que todavía me da verles así.
Oct 31, 2014 1:53 PM
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Es una pena

Cuando era niño me daba lástima ver a las personas sin hogar por la calle mendigando dinero o comida. Me preguntaba ¿por qué estaban sin techo (hogar/casa)? ¿Por qué la gente no hacía caso a su mera existencia? Si solo querían algo para comer, ¿por qué nadie los ayudaba? Tal vez era mi inocencia de aquella edad o mejor dicho, mi ignorancia sobre estas personas sin hogar.

Tengo el recuerdo de mi primer viaje con mis padres y mi hermana a Washington, DC. Un recuerdo vivido era sobre el un montón de personas sin hogar por todas partes de la ciudad. Muchas. La única cosa que quería hacer cuando los vi fue darles la calderilla en de mi bolsillo, pero por alguna razón no lo hice. Después de este viaje regresé a la escuela, y conté mi experiencia en nuestra capital a mi maestra. Era en aquel momento que cambié de opinión de los indigentes. En aquel entonces no comprendí exactamente lo que mi maestra me decía. Me dijo que la gente por de la calle no quería dinero para comprar comida sino drogas, cigarillos, y alcohol. Hasta entonces sabía que aquello no tenía que ver con todas, pero entendí la razón por la que ella nunca les daba limosna.

Ahora cuando camino por las calles y veo a los mendigos, no tengo la misma actitud hacia ellos que tuve de niño. Anteriormente habría querido darles limosna, ahora no. A pesar de ello, lo que no ha cambiado es la lástima que todavía me da verles así.

October 31, 2014
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Es una pena

Cuando era niño me daba lástima a ver las personas sin hogar por la calle, mendigando dinero o comida. Me preguntaba ¿por qué estaban (no tienen techo) sin techo? ¿Por qué la gente no  hace hacía caso a su mera existencia? Si solo quieren querían algo para comer, ¿por qué nadie los ayuda ayudaría? Tal vez era mi inocencia de aquella edad o mejor mi ignorancia sobre estas personas sin hogar.

Tengo el recuerdo de mi primer viaje con mis padres y mi hermana a Washington, DC. Un recuerdo vivido era el Recuerdo un montón de personas sin hogar por todas partes de la ciudad. Muchas. La única cosa que quise quería hacer cuando las vi fue darles la calderilla que tenía en mi bolsillo, pero, por alguna razón, no lo hice. Después de este viaje regresé a la escuela, y conté mi experiencia en nuestra capital a mi maestra. Fue Era en aquél momento en el que cambié de opinión sobre de los indigentes. En aquel entonces no comprendía exactamente lo que mi maestra me decía. Me dijo que la gente por la calle no quería dinero para comprar comida, sino drogas, cigarillos, y alcohol. Hasta entonces sabía que aquello no tenía que ver con todas, pero entendí la razón por la que ella nunca les daba limosna.

Ahora, cuando camino por las calles y veo a los mendigos, no tengo la misma actitud hacia ellos que tuve de niño. Anteriormente, habría querido darles limosna, ahora no. A pesar de ello, lo que no ha cambiado es la lástima que todavía me da verles así.

October 31, 2014
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Es una pena

Cuando era niño me daba lástima ver a las personas sin hogar (por la calle) mendigando por dinero o comida. Me preguntaba ¿por qué estaban sin techo (casa)? ¿Por qué la gente no hacía caso a su mera existencia? Si solo querían algo para comer, ¿por qué nadie los ayudaría? Tal vez era mi inocencia de aquella edad o mejor dicho mi ignorancia sobre estas personas sin hogar.

Tengo recuerdo de mi primer viaje con mis padres y mi hermana a Washington, DC. Un recuerdo vivido era sobre el montón de personas sin hogar por todas partes de la ciudad. Muchas. La única cosa que quería hacer cuando los  las vi fue darles la calderilla de en mi bolsillo, pero por alguna razón no lo hice. Después de ése este viaje regresé a la escuela, y conté mi experiencia en nuestra capital a mi maestra. Era en aquél momento que cambié de opinión de los indigentes. En aquel entonces no comprendí exactamente lo que mi maestra me decía. Me dijo que la gente de  por la calle no quería dinero para comprar comida sino drogas, cigarillos , y alcohol. Hasta entonces sabía que aquello no tenía que ver con todas, pero entendí la razón por la que ella nunca les daba limosna.

Ahora cuando camino por las calles y veo a los mendigos, no tengo la misma actitud hacia ellos (antes) que tuve de niño. Anteriormente habría querido darles limosna, ahora no. A pesar de ello, lo que no ha cambiado es la lástima que todavía me da verles así.

October 31, 2014
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