Sobre el documental "Alma, hija de la violencia"

Frente a la cámara, Alma, una mujer de 28 años, cuenta sus vivencias en una de las pandillas más violentas de Guatemala. Integró la pandilla con 15 años después de una serie de pruebas iniciáticas basadas en la violencia. Sabe que las reglas de la pandilla son matar, violar, robar, extorsionar pero, aún así, está dispuesta a cometer actos terribles para formar parte de la “clica”. Después, Alma habla de su infancia : sus padres eran de origen maya, dejaron sus pueblos y vinieron a la capital. Se instalaron en un terreno baldío con otros inmigrantes/emigrantes, en una casa de nylon y cartón sin agua ni luz. Alma pasó su infancia y adolescencia en este asentamiento, y todos sus ‘hommies’ compañeros crecieron en las mismas condiciones: en este asentamiento nació la pandilla. Alma crece entre un padre cariñoso pero alcohólico y muy violento y una madre que trabaja mucho para ofrecerles una vida mejor a sus hijos. Alma quiere ser una mujer fuerte para que no la golpeen como a su madre, y se promete que nunca se dejará lastimar por un hombre. Después de la muerte de su padre, su madre ya no puede darle dinero para que siga estudiando y Alma se rebela decidiendo que no va ni a estudiar ni a trabajar. Se pasa el día en la calle, bebiendo y fumando con sus amigos. Con su clica se siente feliz, encuentra amor, afecto, comprensión, protección. Sabe que tiene que matar y mata para conseguir amor. El testimonio de Alma es muy chocante pero permite entender su historia. Muestra/nos muestra los lazos que existen entre la pobreza, la violencia y la repetición de los patrones familiares.

Sobre el documental "Alma, hija de la violencia"

Frente a la cámara, Alma, una mujer de 28 años, cuenta sus vivencias en una de las pandillas más violentas de Guatemala. Se integró a la pandilla a los 15 años después de una serie de pruebas iniciáticas de iniciación basadas en la violencia. Ella sabe que las reglas de la pandilla son matar, violar, robar, extorsionar pero está dispuesta a cometer actos terribles para formar parte de la “clica”. Después, Alma habla de su infancia : sus padres eran de origen maya, dejaron sus pueblos y vinieron se mudaron a la capital. Se instalaron en un terreno baldío con otros migrantes, en una casa de nylon y cartón, sin agua ni luz. Alma pasó su infancia y adolescencia en este asentamiento, y todos sus ‘hommies’ crecieron en las mismas condiciones: en este asentamiento nació la pandilla. Alma creció entre con un padre cariñoso pero alcohólico y muy violento y una madre que trabajaba mucho para ofrecerles una vida mejor a sus hijos. Alma quiere ser una mujer fuerte para que no la golpeen como a su madre, y se promete no dejarse lastimar por un hombre. Después de la muerte de su padre, su madre ya no puede darle dinero para que siga estudiando y Alma se pone muy rebelde y decide que no va ni a estudiar ni a trabajar. Se pasa el día en la calle, tomando y fumando con sus amigos. Con su clica se siente feliz, encuentra amor, afecto, comprensión, protección. Sabe que tiene que matar y mata para conseguir amor. El testimonio de Alma es muy chocante impactante pero permite entender su historia. Pone de realce los lazos entre pobreza y violencia y la repetición de los patrones familiares.