Charles
La obsesión por ganar La competitividad es inherente del ser humano. Ese impulso de querer a superar o ganar puede ser saludable o perjudicado, depende del manera en la que se expresa el deseo de ser competitivo. Es importante diferenciar entre la competitividad sana y insana. Por un lado, la competitividad sana nos hace progesar y discubrir nuevas soluciones creativos por los problemas. Por lo contrario, la competitividad insana es el deseo de obtener algo a todo costo, estando dispuesto a hacer trampas y disimular fracasos. Se puede descifrar la competitividad insana por los síntomas que generan dentro de nosotros, como, por ejemplo, las quejas, las polémicas, desprecio por los demás y a veces los comportamientos muy anti-deportivos, ya sea están vinculados con una meta en el ambito de deportes, ambito de trabajo, o en el aula. Se desprende que la competitividad sana está ocasionada por un eje de autoestima interno y un actitud en lo que estaría desarollando todo nuestro potencial. Es la sabiduría que perder no quiere decir fracasar y que los métodos de ganar son tan importantes como los resultados. Ya que el punto de comparación en la competitividad sana en términos del progreso hacia las metas es uno mismo y no los demás, este orientación genera un sentido de satisfacción cualquier sea el resultado. Si evaluaramos los puntos de estrés asociado con ambos tipos de competición veríamos que la competitividad sana nos lleva mejor en la vida cotidiana debido en ésta sabemos que no podemos controlar el azar y que uno mismo decide que quiere decir el éxito. En nuestra sociedad competitiva es obvio que la gente se asocia mas con la competitividad insana en la que no es importante lo que uno se haya aprendido en el aula sino por la nota conseguida. Dado que podemos eligir entre los dos tipos de competitividad, nuestra responsabilidad es educar a los niños a seguir la competitividad sana y modelar esto sin hipocrasia. Debería ser obvio que no podemos caer en esta trampa de vivir solamente por los resultados y el éxito como esta concebida por la sociedad consumista. Estoy de acuerdo con el autor que la competitividad sana es la vía que nos traerá mas lejos en la carrera. Desde mi punto de vista también, aunque esta recomendación sea aconsejable, puede ser muy difícil de implementar al menos hacemos un compromiso consciente de vivir así.
Apr 16, 2015 12:23 AM
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La obsesión por ganar

La competitividad es inherente del al ser humano. Ese impulso de querer a superar o ganar puede ser saludable o perjudicado perjudicial, depende del de la manera en la que se expresa exprese el deseo de ser competitivo.
Es importante diferenciar entre la competitividad sana y e insana. Por un lado, la competitividad sana nos hace progresar y descubrir nuevas soluciones creativas por los problemas. Por lo contrario, la competitividad insana es el deseo de obtener algo a toda costa, estando dispuesto a hacer trampas y disimular fracasos. Se puede descifrar la competitividad insana por los síntomas que generan dentro de nosotros, como, por ejemplo, las quejas, las polémicas, desprecio por los demás y a veces los comportamientos muy anti-deportivos, ya sea que estén vinculados con una meta en el ambito de deportes, ambito de trabajo, o en el aula.
Se desprende que la competitividad sana está ocasionada por un eje de autoestima interno y una actitud en lo que estaría desarrollando todo nuestro potencial. Es la sabiduría lo que nos indica que perder no quiere decir fracasar y que los métodos de usados para ganar son tan importantes como los resultados. Ya que el punto de comparación en la competitividad sana, en términos del progreso hacia las metas, es uno mismo y no los demás, esta orientación genera un sentido de satisfacción cualquiera que sea el resultado. Si evaluáramos los puntos de estrés asociado con ambos tipos de competición veríamos que la competitividad sana nos lleva mejor en la vida cotidiana debido a que en ésta sabemos que no podemos controlar el azar y que uno mismo decide lo que quiere decir el éxito.
En nuestra sociedad competitiva, es obvio que la gente se asocia más con la competitividad insana, en la que no es importante lo que uno se haya aprendido en el aula sino por la nota conseguida. Dado que podemos eligir entre los dos tipos de competitividad, nuestra responsabilidad es educar a los niños a seguir la competitividad sana y modelar ésto sin hipocresía.
Debería ser obvio que no podemos caer en esta trampa de vivir solamente por los resultados y el éxito, tal y como esta concebida por la sociedad consumista. Estoy de acuerdo con el autor que la competitividad sana es la vía que nos traerá llevará más lejos en la carrera. Desde mi punto de vista también, aunque esta recomendación sea aconsejable, puede ser muy difícil de implementar al menos hacemos a menos que hagamos un compromiso consciente de vivir así.

 

Se nota que tienes un nivel de español casi nativo.

Te corrijo desde España, por lo que si vives en Argentina, sería bueno que un argentino te corrigiera, ya que puede haber diferencias entre el español que hablamos en España y el que se habla en Argentina.

Saludos.

April 16, 2015
Es verdad. Aunque a veces la desprecia a las personas que traten de hablar español!
April 18, 2015
¡La presidente de Argentina debería leer esto..!
April 16, 2015

La obsesión por ganar

La competitividad es inherente del ser humano. Ese impulso de querer a superar o ganar puede ser saludable o perjudicado perjudicial, depende del de la manera en la que se expresa el deseo de ser competitivo.
Es importante diferenciar entre la competitividad sana y insana. Por un lado, la competitividad sana nos hace progesar y discubrir nuevas soluciones creativas por para los problemas. Por lo el contrario, la competitividad insana es el deseo de obtener algo a toda costa, estando dispuestos a hacer trampas y disimular fracasos. Se puede descifrar la competitividad insana por los síntomas que generan dentro de nosotros, como, por ejemplo:, las quejas, las polémicas, el desprecio por los demás y a veces los comportamientos muy anti-deportivos, ya sea que estén vinculados con una meta en el ambito de los deportes, el ambito de trabajo, o en el aula.
Se desprende que la competitividad sana está ocasionada por un eje de autoestima interno y una actitud en lo que estaría desarrollando todo nuestro potencial. Es la sabiduría sabido que perder no quiere decir fracasar y que los métodos de ganar son tan importantes como los resultados. Ya que el punto de comparación en la competitividad sana en términos del progreso hacia las metas es uno mismo y no los demás, esta orientación genera un sentido de satisfacción cualquiera sea el resultado. Si evaluaramos los puntos de estrés asociado con ambos tipos de competición veríamos que la competitividad sana nos lleva mejor a mejorar en la vida cotidiana, debido en a ésta sabemos que no podemos controlar el azar y que uno mismo decide que quiere decir el éxito.
En nuestra sociedad competitiva es obvio que la gente se asocia mas con la competitividad insana en la que no es importante lo que uno se haya aprendido en el aula sino por la nota conseguida. Dado que podemos eligir entre los dos tipos de competitividad, nuestra responsabilidad es educar a los niños a seguir la competitividad sana y modelar esto sin hipocresia.
Debería ser obvio que no podemos caer en esta trampa de vivir solamente por los resultados y el éxito como esta concebida por la sociedad consumista. Estoy de acuerdo con el autor que la competitividad sana es la vía que nos traerá llevará mas lejos en la carrera. (Change order =>) Aunque esta recomendación sea aconsejable, desde mi punto de vista, también puede ser muy difícil de implementar, al menos hacemos hagamos un compromiso consciente de vivir así.

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¡Muy bien!

April 16, 2015
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