Un día en Brasil

El día empezó como mucho otros en aquella época, bebía unas cervezas con los tres americanos que había conocido unas semanas atrás en Fortaleza. En cuanto Nos contábamos lo que había sucedido la noche anterior, aquellas mañanas de enero y febrero eran unas de las más chistosas del viaje a causa de las historias que suelen pasar cuando hay muchos jóvenes del mundo entero en una ciudad turística.

Cuando Raúl nos habló sobre las olas grandes que parecían crecer a cada minuto, fuimos directo a la playa, que era la mejor en la ciudad para surfear. Llegamos y no podía creer lo que vi, olas de 15 metros o más, sin ninguna persona en el mar. Entré sin esperar a mis amigos, quería ser el primero en aprovechar del día maravilloso que el señor nos proporcionó(better: habiá proporcionado). Nunca hubiera imaginado que terminaría luchando por mi vida en un hospital, después de casi morir ahogado y ser salvado por mi amigo Alexei.

Después de pasar dos meses en el hospital, en una coma y varias cirugías, me contaron que una ola me golpeó con tanta fuerza, que apagué y me había quedado inconsciente, cuando Alexei arriesgó su propia vida para salvar la mía. En algún día, de los dos meses que me quedé en el hospital, Alexei se había ido(better: fue) y nadie sabía en donde se encontraba, y nunca lo vi de nuevo. As veces creo que entró en mi vida como un ángel, aunque no soy religioso, no creo que haya sucedido por nada y despierto todos los días y agradezco por haber sido así.

¡Buen trabajo! Y buena historia, en verdad nunca se sabe porque pasan las cosas, pero tienen una razón de ser. 

Un día en Brasil.

El día empezó como muchos otros en aquella época, bebía unas cervezas con los tres americanos que había conocido unas semanas atrás en Fortaleza. En cuanto nos contábamos lo que había sucedido la noche anterior, aquellas mañanas en enero y febrero eran unas de las más chistosas del viaje por causa de las historias que suelen pasar cuando hay muchos jóvenes del mundo entero en una ciudad turística.

Cuando Raúl nos habló sobre las olas grandes que parecían crecer a cada minuto fuimos directo para la playa, que era la mejor en la ciudad para surfear. Llegamos y no podía creer lo que vi, olas de 15 metros o más sin ninguna persona en el mar. Entré sin esperar a mis amigos, quería ser el primero para aprovechar del día maravilloso que el señor nos proporcionó. Nunca había imaginado que terminaría luchando por mi vida en un hospital después de casi morir ahogado y ser salvado por mi amigo Alexei.

Después de pasar dos meses en el hospital en  coma y varias cirugías me contaron que una ola me golpeó con tanta fuerza que me apagué y me había quedado inconsciente en cuanto Alexei arriesgo su propía vida por la posibilidad de salvar la mía. En algún día de los dos meses que me quedé en el hospital Alexei se había ido y nadie sabía por donde se encontraba, y nunca lo vi de nuevo. A veces creó que entró en mi vida como un ángel, aunque no soy religioso, no creo que haya sucedido por nada y despierto todos los días y agradezco por ser así.

Muy buen trabajo con muy pocos errores sigue practicando, saludos desde México.

Un día en brasil

El día empezó como muchos otros en aquella época, bebía unas cervezas con los tres americanos que había conocido unas semanas atrás en Fortaleza. En cuanto nos contábamos lo que había sucedido la noche antes, aquellas mañanas en enero y febrero eran unas de las más chistosas del viaje por causa de las historias que suelen pasar cuando hay muchos jóvenes del mundo entero en una ciudad turística.

Cuando Raúl nos habló sobre las olas grandes que parecían crecer a cada minuto fuimos directos para la playa, que era la mejor en la ciudad para surfear. Llegamos y no podía creer lo que vi, olas de 15 metros o más sin ninguna persona en el mar. Entré sin esperar para a mis amigos, quería ser el primero para aprovechar del día maravilloso que el señor nos proporcionó. Nunca había imaginado que terminaría luchando por mi vida en un hospital después de casi morrir ahogado y ser salvado por mi amigo Alexei.

Después de pasar dos meses en el hospital en una coma y varias cirugías me contaron que una ola me golpeó con tanta fuerza que apagué y me había quedado inconsciente en y que cuanto Alexei arriesgó su propria vida por la posibilidad de salvar la mía. En algún día de los dos meses que me quedé en el hospital Alexei se había ido y nadie sabía por donde se encontraba, y nunca lo vi de nuevo. As veces creo que entró en mi vida como un ángel, aunque no soy religioso, no creo que haya sucedido por nada y despierto todos los días y agradezco por ser que sea así.