El inicio de la guerra con “los Cántaros”
Hacía 3 Hace tres anos años. Era un día invernal como muchos. Había tomado el tren temprano por la mañana (5.20). Estaba en mi silla asiento medio dormido rodeado por de otros zombi-estudiantes. Cuanto más nos acercábamos a Pisa más el tren olía el tren a ansiedad pre-examen. La universidad estaba todavía cerrada, el sol acababa de surgir salir, y unas nubes se acercaban. De esto me di bien buena cuenta después.
Lo peor de utilizar todos los días el tren , a parte del pésimo servicio pésimo, es que una vez ha llegado a la “estación meta destino” hay que andar, por los menos en Pisa. Ojalá existiera el teletransporte.
Y eso porque un genio puso casi todas las aulas de en la parte opuesta a de la estación. No os preocupéis : un día le lo perseguiré.
Entonces, al llegar me puse de nuevo en marcha para hacia el centro en contra de la lluvia que estaba cayendo. Con mi orgulloso paragüitas me acercaba al puente central. Pensaba de verdad que hubiera podido protegerme.
Jodido.
Más puse un pié sobre del maldito puente, pasó .
Experimenté el pleno verdadero significado de “llueve a cántaros”.
Un consejo por lo para los que se atrevan a venir a Pisa: Si llueve, sobre del puente los paraguas NO FUNCIONAN en el puente. Mientras Cuando abráis uno una soplada ráfaga de viento salvaje lo destruirá . Si tengáis tenéis suerte no os heríais heriréis.
El Lo divertido del día más mojado de mi vida es que no solo tuve que sostener el examen en modalidad “pez” sino también que el tren de vuelta fue suprimido cancelado y no pude echarme en la cama sólo a hasta media noche.
Pero eso fue solo la primera batalla con contra el clima pisano…