Estaban dos monjes en una peregrinación. Un día, ellos fueron a un río profundo. En la orilla del río, una joven mujer estaba sentada llorando porque tenía miedo de cruzar el río sin ayuda. Ella le rogó a los dos monjes para que la ayudaran. El monje más joven le dio la espalda. Los miembros de su orden tenían prohibido tocar a una mujer.
Pero el monje más viejo, recogió a la mujer sin decir una palabra y la cargó cruzando el río. La dejó al otro lado y continuó su viaje. El monje más joven vino después de el, regañándolo y reprendiéndolo por romper sus votos. Siguió así durante un largo rato.
Finalmente, al final del día, el monje más viejo se volvió hacia el más joven. "Solo la llevé a través del río , tú la has llevado todo el día."