En esta entrada explico porqué saber pronunciación es un factor clave tanto para comprender el español real como para que las personas nativas te entiendan. Además, pongo algunos ejemplos para demostrar esto, así como para dejar claro que la pronunciación es más que sonidos aislados, lo cual desmonta también el mito “la pronunciación del español es fácil”.

 

  • “¿Por qué después de tanto tiempo todavía no consigo hablar con fluidez?”.
  • “¿Por qué entiendo sin problemas a mi profe pero no entiendo a la gente en situaciones cotidianas?”.

 

Estas frases (y similares) las llevo escuchando los más de 11 años que me he dedicado a la enseñanza del español. También me las hice a mí misma cuando estudiaba otros idiomas.

 

En las clases de lengua extranjera a las que he asistido nos enseñaban la pronunciación del idioma dependiendo de si era fácil o no (según la creencia popular, imagino). Por ejemplo, no recuerdo que me enseñaran pronunciación del turco pero sí (y mucha) del chino. Claro, es que la pronunciación del turco es fácil pero la del chino es difícil. ¿En serio?

 

 

La pronunciación es la gran olvidada

 

Centrándonos en las clases de ELE (Español como Lengua Extranjera), podemos afirmar que la pronunciación es la gran olvidada, y una de las razones es por el siguiente falso mito: “La pronunciación del español es fácil”.

 

Si también piensas así, siento decirte que estás totalmente equivocado/a.

 

Para empezar, la gramática, el vocabulario y la pronunciación de un idioma es fácil o difícil dependiendo de tu idioma materno: para una persona de Rumanía, por ejemplo, no es muy difícil captar y asimilar la pronunciación del español pero, para una que tenga el inglés como lengua materna, sí lo es.

 

Por otro lado, hay que dejar de pensar que la pronunciación son simplemente sonidos aislados; saber vibrar la lengua para pronunciar la “R” vibrante múltiple de perro no te hace mejor hablante de español. Tampoco implica que comprendas mejor el español real. Siempre me gusta recordar que hay personas en España y Latinoamérica que no pueden pronunciar perfectamente la “R” vibrante múltiple pero se comunican perfectamente en su idioma materno.

 

La pronunciación es más que sonidos aislados y, atención, los sonidos aislados nunca los pronunciamos de manera aislada cuando hablamos.

 

Los elementos de la pronunciación se pueden dividir en dos partes: los segmentales (sonidos aislados), y los suprasegmentales (la entonación, el ritmo y la acentuación).

 

En las clases de español, con suerte, se trabajan y se repiten varias veces los sonidos aislados en las primeras clases de niveles iniciales y te corrigen con más o menos acierto cuando no pronuncias bien algún sonido.

 

También se suele trabajar la acentuación de las palabras (aunque no estoy segura si es para enseñar a escribir o para hablar mejor).

 

Lo que muy rara vez se trabaja es “la prosodia”, es decir, cómo transmitir diferentes significados con la entonación (y no solo con las palabras); cómo unir las palabras y cómo separar las oraciones con pausas para no hablar como un robot y para comprender mejor el español oral real; y cómo unas sílabas tienen más fuerza que otras, pero no marcan el ritmo del discurso, como ocurre en inglés.

 

Esta práctica habitual en la enseñanza del español dificulta mucho que, cuando llegues a un nivel intermedio, puedas hablar con fluidez y comprendas conversaciones reales y, cuando llegues a un nivel avanzado, la comunicación con hablantes nativos.

 

 

¿A qué tipo de problemas me refiero?

 

 

1. “¿Ha terminado de hablar o va a continuar hablando?”

 

Si eres estudiante de nivel avanzado y, a veces, las personas nativas tienen problemas para comprenderte, una de las razones probables es debido a un mal uso de la entonación española, o porque hablas con palabras españolas pero con una entonación de tu idioma materno.

 

Quizás uses una entonación más ascendente de lo que lo hacemos en español cuando termina una oración, por lo que la otra persona no está segura de si has terminado de hablar, de si estás preguntando, o tienes dudas, o si vas a continuar hablando.

 

 

2. Ritmo robotizado, a veces rápido, otras, lento. “Me gustaría hablar con fluidez”

 

Si eres un estudiante de nivel intermedio y sientes que no hablas con suficiente fluidez, la razón más probable es que pronuncies las palabras de manera aislada o agrupando algunas, y otras no, o al igual que lo haces en tu idioma materno. Esto hace que tu discurso suene “robotizado” y/o sea difícil de seguir.

 

Muy probablemente también pronuncies sonidos de manera incorrecta. Por ejemplo, la letra “b” tiene dos pronunciaciones dependiendo de las letras que tenga antes y después, aunque por lo general, la aproximante no se suele explicar en las clases.

 

Entonces, si pronuncias la letra “b” de la misma manera al inicio de la palabra que entre vocales, por ejemplo, esto dificulta la pronunciación porque debes hacer un esfuerzo mayor y una breve pausa para pronunciar la “b” en, por ejemplo, “había”.

 

Todo esto hace que, a veces, sea complicado seguirte mientras hablas.

 

 

3. “No comprendo claramente lo que dicen, me cuesta comprender a personas nativas. ¡Pero si lo veo por escrito lo comprendo todo!”

 

Si eres estudiante de nivel intermedio y te ocurre esto, probablemente es porque desconoces totalmente que en español unimos las palabras al hablar, y que una frase como la siguiente “He estado esperándote todo el día, ¿no vas a venir?” no la decimos como la escribimos, en una conversación espontánea la diríamos así...[ees.taoes.pe.’ran.do.te.toel.’di.a/no. βa.sa. βe.nir ↑ ].

 

 

4. “Comprendo los podcasts, algunas noticias, a mi profe… pero me cuesta comprender a las personas en conversaciones cotidianas”

 

Si eres estudiante de nivel avanzado y te ocurre esto, probablemente sea por dos razones: primero, porque te has acostumbrado a escuchar un español no real; segundo, porque, debido a la primera razón, no conoces las elisiones que ocurren en el habla rápida e informal.

 

En español, al igual que en el resto de los idiomas, no siempre pronunciamos todos los sonidos y, además, los sonidos individuales, en contacto con otros sonidos, es decir, en oraciones, se pueden transformar y sonar de manera diferente a la que esperas.

 

Por lo tanto, una oración como la siguiente “Tenía una invitación para asistir a la universidad” en una conversación informal sonaría así [te.'niu.nim.bi.ta.'θjom/'pa.sis.'ti.ra.lu.ni.βer.si.'ða].

 

Lo que básicamente ocurre es que algunos sonidos desaparecen; otros, pierden fuerza y otros, se transforman y suenan de manera diferente a como los escribimos.

 

 

Conclusión

 

En definitiva, puedes tener estos y otros problemas similares si no has estudiado pronunciación o, dicho de otra manera, saber pronunciación te garantiza tanto una mejor expresión oral como una mejor comprensión oral, es decir, una comunicación oral más exitosa.

 

Cuando hablas español en situaciones reales probablemente algunas personas te corrijan; pero otras, no. Por esta razón es muy importante que una persona experta te ayude a identificar los problemas que te impiden tener una comunicación oral exitosa, y te explique cómo mejorar.

 

De todos modos, espero que los errores que he comentado anteriormente te ayuden de alguna manera a identificar los tuyos, así como a comprender y a hablar con más seguridad en tu próxima clase.

 

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