Me gusta como el escritor de este libro pinta retratos complejos de sus personajes con algunos detalles y diálogo.  El autor nos muestra muy pronto que uno de los personajes principals del libro no es una persona muy serio, aunque este personaje va a entrometerse con asuntos muy serios. El político Rojano miente sobre su formación, incluso con el narrador que le conocía de sus días escolares.

"Me ofreció, de su saco, un larguísimo puro. Decía en la fajilla: Cosecha especial para el Lic. Francisco Rojano Gutiérrez. Rojano no había pasado del tercer año de la facultad (yo reventé en el cuarto), asî que pregunté: 

-¿Desde cuándo licenciado?

-¿Desde que nos recibimos juntos --contestó, riendo -. No me digas que no te acuerdas. Hicimos aquella tesis sobre la política de masas del Estado mexicano."

Rojano cambia mucho su estilo de ropa para estar de moda. 

"Un novedoso bigote le caía como una herradura de los labios al mentón. Su traje era blanco, cruzado, y la camisa anaranjada, con una corbata chillante de las que llamaban sicodélicas."

Cuando el narrador vio a Rojano algún tiempo después, dice: "Me costó reconocerlo. No había pulsera de platino en sus muñecas, ni bigote en herradura en su casa, ni ostentación sicodélica en su ropa, sino una plácida redondez del rostro, y una estudiada perfección en los pliegues de la guayabera, las guías del pantalón, el lustre café de los mocasines."

Sin embargo, su oponente es un hombre muy serio y firme. El autor nos introduce a Pizarro con una descripción de un hombre que tendría "unos cincuenta años curtidos por el sol, ...enjuto y erguido.." El autor vio "su mano derecha meneando la cuchara, le faltaban la mitad del dedo meñique y un metatarso del índice. Era una mano extraordinariamente fuerte, un extraño instrumento de callos y uñas endurecidas, curvas, las palmas de un blanco palúdico, el revés cruzado de nervios y arrugas y tendones curtidos. Una impresión semejante daban su cuello y sus brazos, sus clavículas y su rostro, en particular la frente. Era la huella acumulada del esfuerzo y la intemperie, el saldo de un cuerpo marcado y como dignificado por el trabajo duro, mutilado por él."

El autor crea un sentido de Pizarro como un cacique muy profundamente arraigado en la región de Veracruz. Pizarro, por ejemplo, dice: "Oyen sonar el rio, pero no saben qué aguas trae, no conocen los arroyos que formaban el río. Yo sí los conozco, amigo. Porque yo cavé los cauces y los hice juntarse para hacer un río."

Los lectores pueden adivinar que Rojano no va a derrotar a Pizarro, pero ellos tienen confianza que la mujer de Rojano puede hacerlo.