Hace pocos días, recibí una carta de un amigo. Dijo que ya había llegado a
Bogotá, la capital de Colombia. En ella/en la carta me contaba/contó que las impresiones que le había dado/causado
el país eran diversas y complejas, de modo que toda todavía no se atrevía a
formular ninguna apreciación clara salvo decirme/contarme las cosas más específicas. Al
final, me dijo le habían admitido en la universidad y que ya había empezado sus clases.