Recuerdo cuando mi madre trajo risotto de frutos del mar para cenar. Primero me gustó la idea porque me gustan los calamares, pero cuando comencé a comer me sentí un poco incómoda porque no me gusta la comida cruda. Entonces, sentí que el calamar parecía goma al masticarlo. ¡Puaj, yo pensaba que estaba todo cocido! Yo no estaba acostumbrada a algo como eso.
*Nota: Escribes muy bien. Sigue así, vas por el camino correcto.