Normalmente, antes de la pandemia, yo desayunaba a las siete y media en la mañana. Salgía de la casa a las ocho y media. Llegaba al edificio a las nueve más o menos.
Volvía a la casa a las seis. Descansaba un poco, luego hacía ejercicio. Cenaba a la
siete y media. Ahora, durante la pandemia, yo despierto una hora más tarde, pero mi día
es bien similar.