A mi me gusta tocar guitarra en la naturaleza, junto a un río o lago rodeado de bosques. Cierro mis ojos y dejo el canto de los pájaros y el crujido de las hojas llevarme en otro mundo.
Mientras que empiezo a tocar, siento una ola de tranquilidad sumergirme. Una sensación o tal vez una ilusión que soy en control del momento presente y que con cada nota, se forma el mundo en el cual quiero vivir.