Creo que como soy solo una persona, no puedo cambiar mucho. La economía global existe y funciona si estoy vivo o no. Pero para mí, es una cuestión de conciencia. Cuando mis hijos se vuelvan adultos, frente a los cambios del mundo causados por mi generación, la de mis padres y la de mis abuelos, y me pregunten, "¿qué hiciste?", les podré contestar: "hice lo que pude". Cambié mi dieta completamente, recogí el plástico cuando lo vi, y monté mi bicicleta en lugar del carro lo más que pude. Y lo más importante: yo voté por la gente en la que creí y la que podrían hacer cambios en el gobierno. Tristemente, en cualquier guerra entre los políticos y los intereses corporativos, las corporaciones casi siempre ganan.