Tomás
Tutor da Comunidade
El reglamento es el reglamento Uno de los libros teatrales que más me han marcado en mi infancia. Leí este libro en cuarto grado de la escuela primaria. Esto es, cuando yo tenía ocho o nueve años. Recopila una serie de diálogos y dramas entre diversos sujetos. Cada uno tiene una personalidad muy peculiar. A la hora de discutir el conflicto de cada episodio, lo que poseen en común es su mala comprensión de las palabras del resto. Aquí se juega mucho con el sentido y significado de los sustantivos, y también de las acciones. Más aun, se deforman los discursos para formar nuevos mensajes. Por ejemplo, cuando el camarero dice "¿Desea que le traiga alguna bebida helada?", el señor lo interpreta como "Bebida el hada", apareciendo en su mente la imagen de esta criatura mitológica. Es, en suma, un trabajo de obras para reír y entretenerse en la búsqueda de sinsentidos y remates. Lo que acompaña este juego, sin duda, es la incesante presencia de rimas entre oraciones y párrafos. Enlazan los vocablos y provocan la lectura rítmica, casi musical, del espectador. Cabe cuestionar ese último término. Este trabajo ha de encarnarse en un libro con un lector, o en una exposición teatral con actores y actrices en vivo, dando voces y cuerpo a las figuras. Esta última alternativa ofrece matices de pronunciación para los diálogos, dándole un carácter a los personajes que no sería posible descifrar en el libro. A día de hoy, sigo disfrutando de este hermoso libro. Y, habiendo abandonado el discurso formal-académico con el que redacté mi crítica, prosigo a decirte: ... ¡Animate a leer este libro! Cantá y dale vida a los diálogos. Si querés leer la primera historia, o el primer capítulo, te invito a que lo hagas ahora mismo: https://www.suteba.org.ar/download/libro-de-cuentos-para-usar-en-el-aula-61039.pdf
11 de fev de 2019 18:35