Según sea la ubicación del hablante y la distancia entre él y el objeto a que haga referencia, se usan los adverbios de lugar aquí, ahí o allí.
Aquí indica el lugar donde está el hablante (“Aquí [en mi mano]tengo tu lápiz”);
ahí, un lugar algo alejado (Tu lápiz está ahí[sobre la mesa]”),
y allí, un lugar más alejado (“Te veré allí [en el sitio que acordamos] a las cinco”).
Por otra parte, allá indica un lugar menos circunscrito o determinado que el que se denota con allí. Por eso allá admite ciertos grados de comparación que rechaza allí: tan allá, más allá, muy allá. Se emplea a veces precediendo a nombres significativos de lugar para denotar lejanía: “Allá en Rusia”; “Allá en América”.
Finalmente, el término acullá significa a la parte opuesta de quien habla. Viene del latín ecum illác “he allá”. Se contrapone a los adverbios demostrativos de cercanía aquí o acá. Aunque no es privativo del lenguaje literario, actualmente lo empleamos poco en el lenguaje oral. Ejemplo de uso que nos da el diccionario Clave: “Acá nos batimos en duelo con quien daña nuestra honra, y acullá tengo oído que se hace de la misma manera”.
Por mi punto de vista ambos quieren indicar algo pero uno es más específico que el otro:
Carlos : Ahí está tu billetera
Manuel: ¿Dónde que no la veo?
Carlos (señalando el lugar específico): Está allí.
Manuel: Gracias.