El primer relato que me ocurrió cuando leí la pregunta tuve lugar en mi escuela primaria y en esa época tenía casi ocho años, entonces fui muy joven. Realmente, no fue un hecho travieso, sino más un accidente, pero hoy día me da risa cada vez cuando recuerdo esa situación. Al cierto parte del cada día de clases, teníamos un hiato cuando podríamos ir afuera, en el jardín trasero de la escuela. Allí, estaba una panadería donde se pudiera comprar pizza muy rica que llevaría un montón de salsa de tomate. Como he dicho, tenía ocho años, pues, claramente, fue bajita y no podría comer muy rápido. Aquel día, el alarma que fue un pisto del fin de hiato sonó y un pelotón de rapaces mayores y más altas que mí, me alzó y puso al dirección de la puerta principal mientras todos estaban corriendo. En esa masificación que parecía un rebaño grandioso, de accidente pegó mi trozo de pizza contra la espalda de alguien. El resto del día estaba preocupada y me sentí espeluznante por que pasó, además estaba atemorizada que cada momento alguien entrara en la aula y dijera que vi todo lo que pasó y que me excluyeran de la escuela porque destruyo chaqueta de alguien con mi salsa de tomate.