Oración - Carol Ann Duffy
Algunos días, aunque no podemos rezar, una oración
se habla a sí misma. Así que, una mujer se alzará
su cabeza del tamiz de sus manos y mirará fijamente
a las blancas cantadas por un árbol, un regalo repentino.
Algunas noches, aunque estamos sin fe, la verdad
entra en nuestros corazones, ese pequeño dolor familiar;
entonces un hombre parará inmóvil, oyendo su juventud
en los cantos latín distante de un tren.
Rece por nosotros ahora. Grado 1 escalas del piano
consuelan al inquilino mirando fuera a través de
una ciudad del interior. Entonces el crepúsculo, y alguien llama
el nombre de un niño como si habían nombrado su propia pérdida.
La oscuridad afuera. Adentro, la oración de la radio –
Rockall, Malin, Dogger, Finisterre.