anoche fui a cenar a un restaurante, al que nunca había ido antes. No fui solo, sino con mi amiga Daniela quien tiene un talento para encontrar nuevos sitios, restaurantes, actividades..etc. Por lo tanto, ella eligió el restaurante. Llegamos al restaurante, hablé con la empleada que estaba de pie en el frente, y le conte que tuvimos una reserva para las ocho. El chico nos llevó a nuestra mesa, y nos sentamos. Cuando estábamos sentados, empezamos a leer el menu y nos dimos cuenta de que no reconocimos el nombre del restaurante. De la nada, nos enterramos de que estábamos en el restaurante equivocado. El restaurante donde tuvimos una reservación estaba ubicada mas adelante la calle. Pero ahora, debido al coronavirus, hay nuevas restricciones que requieren que los restaurantes cierren a los nueve. No tuvimos tiempo para cambiarlo. Al final, no terminamos diciendo nada, y nos quedamos para cenar a beber. Pero al mismo tiempo, nos preguntamos sobre lo que había pasado cuando le di mi nombre a la empleada al llegar. Quizas tengo un gemelo. Fue curioso.