pablo..mm
crónica de cuando Jim Morrison vivió en Ciudad Juárez

Todos me conocen como ‘’El Charro’’. Así me nombran y así se me quedó para siempre. Mi padre trabajaba de mariachi en la Avenida Juárez tocando el tololoche. Así me bautizaron los tirilones del barrio.

Desde los 12 años le puse a las pastas: píldoras, cajones de muerto, zapatos, capsulas y de tocho morocho y de todos colores. La “mois” nada más era para relajarme todos los días, cinco “frajos” diarios por lo menos.

Nací en la calle Fierro número 520 norte. A tres cuadras de la Iglesia del Carmen. Del Carmen se llama este barrio. Queda a 20 minutos a pie de El Paso y del Puente Negro. Y a diez minutos del Centro. Y a cinco de la De Piedra. La antigua peni.

Quiero contarles esto. Antes de que me vaya a morir, pues tengo 67 años. Casi todos los huesos me los han quebrado, dos balazos en la panza, cinco filerazos y dos puñaladas en la espalda. Soy diabético, no tengo una pierna. Me sacan a la banqueta a que me de el sol en una silla de ruedas. Caí un chingo de veces al bote por carterista, faltas al orden público y otras chingaderas, y ya no fumo, ni cigarros Baronet. ¿Todavía venden esos venenos?

Fui el más chingón del barrio. Nunca trabajé. Pero tuve el mejor equipo de sonido del barrio. Recuerdo un putal mi modular Fisher que tocaba discos y cartuchos 8 tracks. Era la envidia de todos los culeros del barrio. Y mi colección de discos, ¡puro rock del bueno!

Y tuve una ranfla, nada más me duró un año. Ese Charger 1965, con placas de California. Me lo regaló Jim Morrison cuando vino a Juárez en 1969. De él quiero contarles. Del Rey Lagarto. Que vivió en mi cantón cerca de un mes. Nos la pasamos bien grifotes y bien ácidos.

Les voy a contar dónde conocí a Morrison, el cantante de los Doors, y cómo me hice su compa.

Yo en ese tiempo (1969) era el mejor carterista del Mercado Cuauhtémoc y sus alrededores. No era un raterillo cualquiera. Era carterista de los buenos. Me conocían todos los tranzas de la zona centro y los policías. A los cuales tenía que darles una feria todos los jueves sino no me dejaban camellar.

En la esquina de la Vicente Guerrero y Noche Triste, pegado a la Plaza de Armas, está la cantina el “Buen Tiempo”. Todavía existe. Sus puertitas, antes, eran de madera y de esas que se ven en las películas del oeste. Ahora cierra con unas normales y una cortina de acero, porque la rapiña está cabrón.

 

21 mar 2014 17:56
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Hola Pablo, bienvenido a Italki. Está bueno tu relato. Sería interesante que lo tradujeras al inglés y lo postearas en tu cuaderno para practicar el idioma que vienes a mejorar. Ojalá tengas una buena experiencia en está página. Saludos.

21 marca 2014