cuando leí la pregunta, El primer relato que SE me ocurrio tuvo lugar en mi escuela primaria, en esa época tenía casi ocho años, entonces era muy joven. Realmente, no fue una travesura, sino un accidente, pero hoy día me da risa cada vez que recuerdo esa situación. En cierta parte del dia de clases, teníamos un rato que podíamos salir al jardín trasero de la escuela. Allí, habia una panadería donde se podia comprar pizza muy rica que tenia un montón de salsa de tomate. Como he dicho, tenía ocho años, claramente era pequeña y no podia comer muy rápido. Aquel día, la alarma que indicaba el fin del descanso sono y un grupo de personas mayores y más altas que yo, me alzaron y me dejaron en la puerta principal mientras todos estaban corriendo. En esa estampida que parecía un Gran rebaño, accidentalmente se pegó mi trozo de pizza contra la espalda de alguien. El resto del día estaba preocupada y me sentí mal por lo que pasó, además estaba asustada por que encualquier momento alguien entrara en el aula y dijera que vio todo lo que pasó y que me suspendieran de la escuela por haber arruinado la chaqueta de alguien con mi salsa de tomate.

El primer relato que se me ocurrió cuando leí la pregunta tuvo lugar en mi escuela primaria y en esa época tenía casi ocho años, entonces era muy joven. Realmente, no fue un hecho travieso, sino más bien un accidente, pero hoy día me da risa cada vez que recuerdo esa situación. En cierto momento del día, teníamos un hiato donde podíamos ir afuera, al jardín trasero de la escuela. Allí, había una panadería donde se podía comprar una pizza muy rica que llevaba un montón de salsa de tomate. Como he dicho, tenía ocho años, pues, claramente, era bajita y no podía comer muy rápido. Aquel día, la alarma que era una pista del fin del hiato sonó y un pelotón de rapaces mayores y más altas que yo, -me alzó y puso al dirección de la puerta principal- (? - esta parte no la entiendo con claridad) mientras todos estaban corriendo. En esa masificación que parecía un rebaño enorme, por accidente mi trozo de pizza se quedó pegado en la espalda de alguien. El resto del día estuve preocupada y me sentí terrible por lo que pasó, además estaba atemorizada a cada momento de que alguien entrara en el aula y dijera que vio todo lo que pasó y que me expulsaran de la escuela por arruinar/manchar la chaqueta de alguien con mi salsa de tomate.

El primer relato que se me ocurrió cuando leí la pregunta tuvo lugar en mi escuela primaria y en esa época tenía casi ocho años, así que era muy joven. Realmente no fue un hecho travieso, sino más bien un accidente, pero hoy en día me da risa cada vez que recuerdo esa situación. En cierto momento de cada día de clases, teníamos una pausa en la que podíamos ir afuera, en el jardín trasero de la escuela. Allí, había una panadería donde se podía comprar una pizza muy rica que llevaba un montón de salsa de tomate. Como he dicho, tenía ocho años, pues, claramente era bajita y no podía comer muy rápido. Aquel día, la alarma del fin de la pausa sonó y un pelotón de depredadores mayores y más altas que yo me alzó y me puso en dirección a la puerta principal mientras todos estaban corriendo. En esa masificación que parecía un rebaño grandioso, por accidente pegué mi trozo de pizza contra la espalda de alguien. El resto del día estuve preocupada y me sentí fatal por lo que pasó, además de que estaba atemorizada de que en algún momento alguien entrara al aula y dijera que vio todo lo que pasó y que me expulsaran de la escuela porque destruí la chaqueta de alguien con mi salsa de tomate.

El primer relato que me ocurrió cuando leí la pregunta tuve lugar en mi escuela primaria y en esa época tenía casi ocho años, entonces fui muy joven. Realmente, no fue un hecho travieso, sino más un accidente, pero hoy día me da risa cada vez cuando recuerdo esa situación. Al cierto parte del cada día de clases, teníamos un hiato cuando podríamos ir afuera, en el jardín trasero de la escuela. Allí, estaba una panadería donde se pudiera comprar pizza muy rica que llevaría un montón de salsa de tomate. Como he dicho, tenía ocho años, pues, claramente, fue bajita y no podría comer muy rápido. Aquel día, el alarma que fue un pisto del fin de hiato sonó y un pelotón de rapaces mayores y más altas que mí, me alzó y puso al dirección de la puerta principal mientras todos estaban corriendo. En esa masificación que parecía un rebaño grandioso, de accidente pegó mi trozo de pizza contra la espalda de alguien. El resto del día estaba preocupada y me sentí espeluznante por que pasó, además estaba atemorizada que cada momento alguien entrara en la aula y dijera que vi todo lo que pasó y que me excluyeran de la escuela porque destruyo chaqueta de alguien con mi salsa de tomate.