EL PAPEL PICADO MEXICANO.
El Día de Muertos se representa con diferentes elementos, como la comida de los difuntos, las flores, las veladoras, etc. Pero, sin duda, uno de los más importantes es el papel picado, tan colorido, volátil y divertido que nos fascina. Además, hay quien asegura que si una ofrenda no tiene papel picado, el color y el viento no se representan correctamente en cada altar.
El papel picado está hecho de un papel que no es mexicano y tiene su origen en un sector social un tanto desprotegido gracias a la colonización y las importaciones provenientes de otros países. De ser parte de la unión entre México y Europa pasó a formar parte imperante del Día de Muertos.
El hermoso y colorido papel picado nació en el siglo XIX, cuando China importaba papel de colores como blanco o negro —de ahí viene el nombre “papel China”— pero éste era llevado a Europa y de ahí llegaba a nuestro territorio. No obstante, no se vendía mucho ya que no tenía un uso real o útil pues es ligero y aunque resistente, su fin se avistaba cercano.
Así, las tiendas de raya ubicadas en las grandes haciendas lo vendían, pero no para hacer papel picado, sino para utilizarse en casa. Al no venderse, los peones eran obligados a adquirir pliegos de papel para darles un uso. La leyenda cuenta que en alguna de las tiendas vendían el papel picado y explicaban que así se utilizaba en China, del otro lado del mundo y es real.
En China se utiliza el papel para crear arte, pero sobresalía esta técnica en la que se cortan figuras en trozos de papel, lo cual se trasladó acá y se llama hasta la fecha papel picado. Puebla era el lugar al que más llegaba el papel China y por ello, eran los habitantes quienes más lo adquirían, más específicamente, Huixcolotla. Así, los peones además de dedicarse a las labores agrarias aprendieron a cortar el papel y al ver que eran bonitas y se podían producir en grandes cantidades, decidieron venderlas en poblados cercanos.