Cuando era pequeña,mi padre siemple me dijo que no era perezosa. Alguien podía pagar por su pereza. Frecuentemente me contaba una historia sobre una persona perezosa.
Hacía mucho tiempo, en un pueblo,había una persona que era conocida por su pereza. Aunque tenía 25 años, todavía no podía mantenerse la vida sin la ayuda de sus padres.Un día, sus padres iban a otros lugares 3 días,por eso le dieron a su hijo una torta. Le colgaron la torta alrededor del cuello para que su hijo podría comerla cuando tuviera hambre.
Sin embargo, cuando la pareja regresó a casa 3 días después, su hijo ya había muerto de hambre. Porque él era tan perezoso que no podía moverla cuando terminó de comer un lado.
Esta historia nos da una lección que no tenemos que ser tan peresozo.Si no, podemos tener un mal resultado como el protagonista en la historia arriba.