Kazmira
El Crimen Perfecto - por Enrique Anderson Imbert [un resumen breve del cuento] Allí se hallaba. El convento desierto de Santa Eulalia. El hombre andaba en la dirección del cementerio allí cerca con una bolsa y una mirada siniestra. ¿Qué estaba en esa bolsa, preguntas tú? ¡Un cadáver! Sí, es verdad, y el asesino pensó en esconder el muerto allí entre los cuerpos muertos de las monjas y el gran imagen de Jesucristo. Empezó a cavar, y desde un momento, el crimen había sido cometido. Se marchó el matador del convento, orgulloso de su plan que en su mente no podía fracasar. Desgraciadamente para el asesino, a las monjitas enterradas no les agradecía la presencia de su nuevo vecino; había sido en los años de vida un ateo furibundo. Sin demora, las almas de las monjas se levantaron y huyeron del sitio, lejos del pecado sucio del ateo, y cruzaron el río a nado con las lápidas y el imagen de Jesucristo a cuestas. El día siguiente, estaban dando en paseo con destino a Fray Bizco por lancha algunos viajeros cuando notaron que el cementerio que siempre se había localizado a la izquierda ahora vieron a la derecha. Esto les confundió y dieron parte a las autoridades. Al llegar al cementerio que ya no estaba, la policía observó un lugar, un montón de tierra que había sido recién removido. Cavó y cavó, y después de unas investigaciones, supieron el plan del asesino que <<no podría fracasar.>> Aliviadas, las almas en pena pudieron volver a descansar en el cementerio. El matador confesó a un juez, y seguramente lo encerró en el carcel por un rato interminable. Obviamente, está en un aprieto ese hombre. ¿Qué será su próximo "plan perfecto"?
Oct 1, 2013 8:29 PM
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El Crimen Perfecto - por Enrique Anderson Imbert

[un resumen breve del cuento]

Allí se hallaba. El convento desierto de Santa Eulalia. El hombre andaba en la dirección del cementerio allí cerca con una bolsa y una mirada siniestra. ¿Qué estaba hay en esa bolsa, preguntas tú? ¡Un cadáver! Sí, es verdad, y el asesino pensó en esconder el muerto allí entre los cuerpos muertos de las monjas y el la gran imagen de Jesucristo. Empezó a cavar, y desde un el momento, que el crimen había sido cometido. Se marchó el matador asesino (los matadores matan toros) del convento, orgulloso de su plan que en su mente no podía fracasar.

Desgraciadamente para el asesino, a las monjitas enterradas no les agradecía agradaba la presencia de su nuevo vecino; había sido en los sus años de vida un ateo furibundo. Sin demora, las almas de las monjas se levantaron y huyeron del sitio, lejos del pecado sucio del ateo, y cruzaron el río a nado con las lápidas y el la imagen de Jesucristo a cuestas.

El Al día siguiente, estaban dando en paseo con destino a Fray Bizco por con una lancha, algunos viajeros cuando notaron que el cementerio que siempre se había localizado a la izquierda ahora vieron estaba a la derecha. Esto les confundió y dieron parte a las autoridades. Al llegar al cementerio que ya no estaba, la policía observó un lugar, un montón de tierra que había sido recién removida. Cavó y cavó, y después de unas investigaciones, supieron el plan del asesino que <<no podría fracasar.>> Aliviadas, las almas en pena pudieron volver a descansar en el cementerio. 


El matador asesino confesó al un juez, y seguramente lo encerró en el la carcel por un rato interminable para toda la vida. Obviamente, está en un aprieto ese hombre. ¿Qué Cuál será su próximo "plan perfecto"?

 

No tienes errores graves, pero algunas frases están un poco enrevesadas, esto hay que mejorarlo. Pero te expresas con claridad.

Te dejo un par de recursos para practicar, mi blog y mi canal de youtube:

http://www.youtube.com/user/spanishfspain

http://spanishfspain.blogspot.com.es/

October 1, 2013

El Crimen Perfecto - por Enrique Anderson Imbert

[un resumen breve del cuento]

Allí se hallaba. El convento desierto de Santa Eulalia. El hombre andaba en la dirección del cementerio allí cerca con una bolsa y una mirada siniestra. ¿Qué había en esa bolsa, te preguntas? ¡Un cadáver! Sí, es verdad, y el asesino pensó en esconder el muerto allí entre los cuerpos muertos de las monjas y la gran imagen de Jesucristo. Empezó a cavar, y desde un momento, el crimen había sido cometido. Se marchó el asesino del convento, orgulloso de su plan que en su mente no podía fracasar.

Desgraciadamente para el asesino, a las monjitas enterradas no les agradaba la presencia de su nuevo vecino; había sido en los años de vida un ateo furibundo. Sin demora, las almas de las monjas se levantaron y huyeron del sitio, lejos del pecado sucio del ateo, y cruzaron el río nadando con las lápidas y la imagen de Jesucristo a cuestas.

Al día siguiente, estaban dando un paseo con destino a Fray Bizco por lancha algunos viajeros cuando notaron que el cementerio que siempre se había localizado a la izquierda ahora lo vieron a la derecha. Esto les confundió y dieron parte a las autoridades. Al llegar al cementerio que ya no estaba, la policía observó un lugar, un montón de tierra que había sido recién removida. Cavó y cavó, y después de unas investigaciones, supieron el plan del asesino que <<no podría fracasar.>> Aliviadas, las almas en pena pudieron volver a descansar en el cementerio.

El asesino confesó a un juez, y seguramente lo encerró en la carcel por un rato interminable. Obviamente, está en un aprieto ese hombre. ¿Cual será su próximo "plan perfecto"?

August 8, 2014

El Crimen Perfecto - por Enrique Anderson Imbert

[un resumen breve del cuento]

Allí se hallaba. El convento desierto de Santa Eulalia. El hombre andaba en la dirección del cementerio allí cerca con una bolsa y una mirada siniestra. ¿Qué había en esa bolsa, preguntas tú? ¡Un cadáver! Sí, es verdad, y el asesino pensó en esconder el muerto allí entre los cuerpos muertos de las monjas y la gran imagen de Jesucristo. Empezó a cavar, y dentro de un momento, el crimen había sido cometido. Se marchó el asesino del convento, orgulloso de su plan que en su mente no podía fracasar.

Desgraciadamente para el asesino, las monjitas enterradas no agradecían la presencia de su nuevo vecino; él había sido en los años de vida un ateo furibundo. Sin demora, las almas de las monjas se levantaron y huyeron del sitio, lejos del pecado sucio del ateo, y cruzaron el río a nado con las lápidas y la imagen de Jesucristo a cuestas. 

Al día siguiente, algunos viajeros estaban dando en paseo con destino a Fray Bizco por lancha cuando notaron que el cementerio que siempre se había localizado a la izquierda ahora s vio a la derecha. Esto les confundió y dieron parte a las autoridades. Al llegar al cementerio que ya no estaba, la policía observó un lugar, un montón de tierra que había sido recién removida. Cavó y cavó, y después de unas investigaciones, supieron el plan del asesino que <<no podría fracasar.>> Aliviadas, las almas en pena pudieron volver a descansar en el cementerio.

El criminal confesó a un juez, y seguramente lo encerró en la carcel para toda la vida. Obviamente, está en un aprieto ese hombre. ¿Cuál será su próximo "plan perfecto"?

August 8, 2014
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