Estimada Daniele,
Quizá una manera sea explicarlo por contraste, es decir, plantear la oración sin el pronombre reflexivo y ver qué significa, de ahí puede ser más fácil justificar su presencia:
Se han perdido las llaves: ¿cuáles llaves, de quién?, las mías. Ah, se te han perdido las llaves. Sí, se me han perdido.
Se aburrieron los niños. Pero no en mi clase, en la tuya, a mí no se me aburrieron, sino a ti, se te aburrieron los niños. Sí, se me aburrieron los niños.
Es parecido como en portugués.
También hay casos en que tiene un sentido de imperativo:
Ordeneme los libros y dejeme todo limpio.
Saludos,
Antonio