Había una niña que le gustaba tocar el piano. Todos los días ella practicaba hasta sus dedos se duelen. Algún día ella tuvo la oportunidad participar en un programa música para su escuela. Antes de empezar se ponía nerviosa. Tenía miedo de que cometería errors. Sus manos sudaban y entonces era su turno. Respiré muy profunda y empezó. Mantenía la calma y actuó magnífico