Parte 2 .
El dinero cosechado cobrado es era recuperado íntegramente por el dueño maestro deshollinador y a menudo, bate golpeaba a los niños para tomar también sus
propinas. Es Era el encargado de abastecer ropas nuevas, de darles una vivienda, un par de zapatos y el material de trabajo. Los pequeños deshollinadores son vestidos se vestían de con un gorro rojo ennegrecido, de una chaqueta y de andrajos. Cuando vuelven volvían en a sus casas, en mayo, el dueño les pagaba a las familias una cantidad de dinero, equivalente al precio de un ternero.
Los pequeños deshollinadores corríanen el peligro de morir de frío o se rompersen la cabeza a causa de una caída en la chimenea. A menudo, tienen tenían dolor de al respirar y se vuelven volvían alérgicos al polvo o quedaban ciegos a causa del hollín.
Hoy, es el aspecto alegre de los pequeños deshollinadores es que los se les ascendió al rango de amuleto de la suerte.
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¡Muy interesante historia! Una nota, para la palabra dueño desollinador hay varias opciones. Si esta persona era quien enseñaba el oficio se llama Maestro, sí era simplemente alguien que repartía órdenes entre empleados puede llamársele patrón o jefe. Por el contexto creo que es más un maestro. Saludos, escribes muy bien :)
Los pequeños deshollinadores saboyanos
En el siglo XIX, niños de Saboya se iban sobre los caminos de Francia para deshollinar las chimeneas en las ciudades y asi evitar la pobreza.
La salida es el 7 de septiembre y la vuelta es el año siguiente, a en la bella temporada, para enfrentarse con las faenas del campo con sus padres. Desde los 6 años, los niños surcan los caminos de Francia, con su dueño deshollinador. Viajan a pie, incluso descalzos para ahorrar los zuecos, de 40 a 50 kilómetros al día, y los más fuertes son encargados de llevar las provisiones. Duermen en el campo la campaña en un establo o bien en la ciudad, en cámaras (mejor: habitaciones) sucias y húmedas, pagando con un deshollinamiento por la mañana. La bolsa destinada a recoger el hollín sirve para ellos de cobertura y, a menudo, caminan por la noche para escapar de la policía.
Escalan dentro del conducto de la chimenea para rascarla gracias a una escala, una cuerda y con un raspador para retirar el hollín.
Es un trabajo peligroso, penoso y muy mal pagado pero los niños permanecen de buen humor cantando:" ¡ Ohé! ¡ Allí! Deshollina aquí, deshollina allí, la chimenea, de arriba hacia abajo."
El hollín, recuperado en bolsas, es revendido a fábricas.
El dueño deshollinador impone 14 horas de trabajo al día cada semana. Los pequeños deshollinadores no conocen ni el domingo, ni los días festivos feriados. ¡ Si quieren ir a la iglesia el domingo, deben comprarle este derecho a su dueño con un puñado de céntimos! Además, insuficientemente alimentados, se contentan con pan duro y con sopa o con papilla de maíz.
La mayoría de las veces, los dueños deshollinadores son antiguos deshollinadores demasiado grandes para subir a las chimeneas y son responsables de un grupo de 3 a hasta 6 niños.
El dinero ganado cosechado es recuperado íntegramente por el dueño deshollinador y a menudo, bate pega a los niños para tomar también sus propinas. Es encargado de abastecer ropas nuevas, de darles una vivienda, un par de zapatos y el material de trabajo. Los pequeños deshollinadores son vestidos de con un gorro rojo ennegrecido, de una chaqueta y de andrajos. Cuando vuelven en sus casas, en mayo, el dueño les paga a las familias una cantidad de dinero, equivalente al precio de un ternero.
Los pequeños deshollinadores corren peligro de morir de frío o de romperse se rompen la cabeza a causa de una caída en de la chimenea. A menudo, tienen les duele al dolor de respirar y se vuelven alérgicos al polvo o ciegos a causa del hollín.
Hoy, es el aspecto alegre de los pequeños deshollinadores es que se les ascendió al rango de amuleto de la suerte.
Parte 1:
Los pequeños deshollinadores saboyanos
En el siglo XIX, los niños de Saboya se iban sobre los caminos de Francia para deshollinar las chimeneas en las ciudades y asi evitar la pobreza.
La salida es era el 7 de septiembre y la vuelta es era eal año siguiente, a la una bella temporada, para enfrentarse con las faenas del campo con sus padres (No entiendo algo aqui. Si la tradición se sigue efectuando puedes usar el verbo ser en presente aqui. Y poner en el párrafo anterior "Desde el siglo XIX los niños de Saboya van ... Si la tradición ya no existe y esto es la descripción de eventos pasados entonces solo se cambia el verbo ser a pasado como puse aqui, por lo que leo más adelante en el texto creo que todo se debería relatar en pasado, parece como que esto es algo que ya no sucede actualmente, voy a corregir todo partiendo de este supuesto que es lo más lógico de acuerdo al contexto de lo que se escribe.). Desde 6 años, los niños surcaban los caminos de Francia, con su dueño maestro (supongo que aqui te refieres a la persona que enseña el oficio al niño, comunmente para todos los oficios usamos maestro) deshollinador. Viajaban a pie, incluso descalzos para ahorrar los zuecos, de 40 a 50 kilómetros al día, y los más fuertes son eran encargados de llevar las provisiones. Duermen Dormían en la campaña campiña (o bien, en el campo) en un establoe o en la ciudad en habitaciones cámaras sucias y húmedas, pagando con un deshollinamiento por la mañana. La bolsa destinada a recoger el hollín sirve servía para ellos de cobertura y, a menudo, caminan por la noche para escapar de la policía.
Escalaban dentro del conducto de chimenea para rascarla gracias a con la ayuda de una escala, una cuerda y con un raspador para retirar el hollín.
Es Era un trabajo peligroso, penoso y muy mal pagado pero los niños permanecíanen de buen humor cantando:" ¡ Ohé! ¡ Allí! Deshollina aquí, deshollina allí, la chimenea, de arriba hacia abajo."
El hollín, recuperado en bolsas, es era revendido a las fábricas.
El dueño maestro deshollinador imponíae 14 horas de trabajo al día cada toda la semana (esta es la expresión para decir que la semana completa trabajaban 14 horas diarias todos los días). Los pequeños deshollinadores no conocíanen ni el domingo, ni los días feriados. ¡ Si quieríanen ir a la iglesia el domingo, debíanen comprarle este derecho a su dueño maestro con un puñado de céntimos! Ademas, Insuficientemente alimentados, se contentaban con pan duro y con sopa o con papilla de maíz.
La mayoría de las veces, los dueños maestros deshollinadores son eran antiguos deshollinadores demasiado grandes para subir a las chimeneas y son responsables de un grupo de 3 hasta 6 niños.