Cuando se trata del nombre colores que originalmente aludían a una planta u otro objeto, se pluralizan como cualquier otro sustantivo: «le gusta la gama de los rosas, los naranjas y los lilas». Cuando se trata de adjetivos, pueden emplearse en singular («unos pantalones lila») o en plural («camisetas naranjas»). Cuando se añade otra palabra para precisar el color, se emplea el singular: «sombreros verde botella», «coches carmesí oscuro».
Rojo, azul, verde, amarillo, gris... son adjetivos que indican directamente el color de algo; concuerdan con la palabra a la que acompañan (bicicletas rojas, jarrones azules...). Se usan también como sustantivos masculinos para designar el color.
Sin embargo, hay otros nombres de colores que dan a entender que aquello a lo que se aplican tiene un color similar al de otra cosa: burdeos, naranja, rosa, violeta, añil, carmesí, etc. En estos casos es usual que el adjetivo quede en singular aunque la palabra a la que acompaña vaya en plural (prendas carmesí, paredes añil...), aunque en el habla coloquial es cada vez más frecuente que se lo haga concordar con aquella (flores rosas, cortinas violetas...).
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