Casi toda mi vida he separado la basura en mi casa. Desde mi perspectiva, la separación más importante es la de los contenedores que pueden ser reciclados. Por ejemplo, materiales como el cartón, el plástico, el vidrio o el aluminio. Para la preparación de ser reciclados y prevenir olores y/o moscos en la bolsa, siempre enjuago los envases para eliminar cualquier residuo de comida. Después, cuando están secos, deposito los contenedores en una bolsa. Esta bolsa es guardada hasta el punto que está llena y en este momento, necesito llevarla a otro lugar en la ciudad.
En mi ciudad, hay puntos de reciclaje en frente de los supermercados y dentro de los parques. Usualmente, voy al parque o al super cada fin de semana, así que, es en este momento que voy a vaciar los empaques en su contenedor adecuado.
La otra parte de la basura, en honestidad, no la separo. Donde vivo en México hay muchos botes de basura para el inorgánico y el orgánico. Sin embargo, no hago mucho caso a esta parte de la separación. Pero cuando era joven en la casa de mis papás, necesitaba siempre separar todo el orgánico de la basura como cáscaras o semillas para ser descompuestos. Mi mamá sigue con su rutina de usar casi toda la “basura” de las verduras y las frutas para fertilizar su jardín. Sé que es un buen hábito, pero no tengo jardín, y no quiero llevar todo este tipo de basura a otro lugar en la ciudad. Así que, estoy contenta con reciclar y reutilizar cuando sea posible.